Francesc Homs-La pandemia en estos meses ha cambiado muchas cosas.

María Cura-Sí, la forma de relacionarnos, de trabajar, de entender los negocios, e incluso nos ha hecho más humildes. Además, nos ha mostrado el impacto humano en el equilibrio de la biodiversidad. Ese es el origen del virus.

FH- Todavía no sabemos lo suficiente…

MC- Pero en el ámbito académico ya se están catalogando los virus potencialmente letales para el hombre que están presentes en el medio ambiente. De momento se han detectado unos 8.000 con estas características y podrán ser igual o peor que el COVID. La presencia de los virus es muy anterior a la de los humanos y la lucha contra ellos es ancestral. Ha habido otras pandemias. En cualquier caso, la sostenibilidad es un camino por el que hemos de pasar obligatoriamente.

El primer punto del programa de la nueva Comisión Europea es la transición energética y la sostenibilidad y el segundo la digitalización.

FH- La sociedad tiene libertad para hacer lo que quiera, pero hay un límite que es no dañar el planeta.

MC- Los jóvenes son más conscientes de ello.

FH- Tendremos que cambiar muchos procesos y muchos productos. Todavía se contamina mucho.

MC- Europa podría liderar la transición energética. Sería una gran oportunidad. Estados Unidos y China tienen un impacto ambiental mayor que Europa.

FH- La cuestión ambiental en Estados Unidos y China no es tan prioritaria. No lo ha sido nunca para ellos. El primer punto del programa de la nueva Comisión Europea es la transición energética y la sostenibilidad y el segundo la digitalización. La priorización es clara pero la materialización no es inmediata. 

MC- Un ejemplo es el automóvil eléctrico que precisa de infraestructuras y ello implica intervención de la administración y desarrollo de tecnología. Además, la evolución de uso lleva al car-sharing con el cambio social que ello implica. Las industrias del automóvil serán industrias de movilidad y, por ejemplo, ya están adquiriendo compañías de patinetes eléctricos. 

FH- Lo que está claro es que los sectores que contaminen deberán ponerse las pilas y modificar su modelo. Y aquellas empresas que más tarden en hacerlo quedarán atrás, porque alguien tomará rápidamente la delantera en el mercado. Se lo comentaba el otro día a una persona de cierta relevancia en el sector de los parkings: “ahora ofreces aparcamiento a los coches que contaminan, tienes que pensar en ofrecerlo a los que no contaminan”. En el mundo de la aviación pasará lo mismo: vamos hacia un parque de aeronaves más limpio.

MC- ¿Y el plástico?  Esto afecta a muchos sectores.

FH- Fui el otro día a una tienda cuya señal de identidad es que vende “ecológico” y estaba llena de plástico. Esto demuestra el largo camino que hay que recorrer todavía. Se están introduciendo bolsas compostables, pero todavía no a gran escala. Hay una cooperativa de arroz en Amposta que está procesando la cascarilla de arroz para convertirla en un producto con la funcionalidad del plástico, con el que se pueden fabricar vasos y platos y otros objetos.

MC- Es la economía circular al 100%. Hay muchos ejemplos potentes de circularidad. Son iniciativas que no están todavía globalizadas, pero lo estarán porque el mercado, el consumidor y la legislación lo acabarán exigiendo.

Cada consumidor tiene poder para movilizar a otros consumidores a través de las redes.

FH- La sostenibilidad está ya en las conciencias, si bien hace falta todavía un tiempo de evolución. Lo que sí que es inmediato es el cambio tecnológico y digital.

MC- Esta capacidad de innovar y de progresar tecnológicamente es inherente al ser humano. Sin embargo, “cuidar el planeta” supone a veces frenar esta voluntad de progreso tecnológico y poner limitaciones y eso quizás ya no es tan inherente a nuestra condición.


FH- Siempre ha habido cambio tecnológico. La diferencia es que el que ahora estamos viviendo es mucho más potente que los anteriores. Es más acelerado y más transformador porque afecta a los productos, también a hábitos, a comportamientos, y a la propia comunicación, con un acceso global a datos sin precedentes. Es el paso de un mundo analógico a uno digital en todos los ámbitos.

MC- Todo actor que esté en el mercado está sometido a un escrutinio público y a la opinión de los consumidores, con toda la transparencia. Es una revolución en que cada consumidor tiene poder para movilizar a otros consumidores a través de las redes.

FH-Cualquier acontecimiento es registrado y divulgado instantáneamente. La gente está informada de lo que sucede en la calle antes que el propio presidente del gobierno. En contrapartida, sufrimos una sobrecarga de información y aparece la desconfianza sobre lo que se divulga… 

MC- Las fake news. Precisamente, a raíz de todo lo que está ocurriendo en este campo, el buen periodismo tiene una gran oportunidad y, de hecho, es más necesario que nunca. La gente estará dispuesta a pagar por un contenido veraz y contrastado. En definitiva, de calidad. La manera que han entrado las fake news en la cuestión de la pandemia, por ejemplo, ha molestado mucho y creo que, de algún modo, los promotores de este tipo de información han empezado a cavar su propia tumba.

Hay muchos ejemplos potentes de circularidad. Son iniciativas que no están todavía globalizadas, pero lo estarán porque el mercado, el consumidor y la legislación lo acabarán exigiendo

FH-Hemos empezado a hablar sobre la transformación digital y esto nos lleva a C2G. El mundo empresarial tiene que transformarse y adaptarse al mercado. Si una compañía pierde el carro de las TIC, la verdad es que pierde su competitividad. Todo el mundo lo sabe, pero las empresas lo están haciendo en diferente medida y cada una con su propio ritmo.

C2G quiere ayudar a que las empresas y los equipos se mentalicen en esta cuestión, a través del conocimiento, porque el nivel de cambio es enorme: Impresión 3D, gestión de datos, Big data, etc. Nuestra asociación pone el acento en identificar aquellos profesionales que están ayudando a transformar la vida de las empresas para adaptarlas al cambio tecnológico y pienso que este enfoque es muy conveniente y tiene mucho sentido ahora mismo.

C2G quiere ayudar a que las empresas y los equipos se mentalicen sobre la digitalización a través del conocimiento

Todo este cambio se está produciendo en un contexto europeo y el modelo europeo será nuestro “hecho diferencial” en el mundo globalizado. Es claramente distinto del norteamericano y, por supuesto, del chino. El mundo tendrá mucho que aprender de la gobernanza europea, aunque tenga sus imperfecciones.

MC- Claro, Europa tiene mucho que aprender también.

FH- Europa todavía se está haciendo a sí misma y tiene mucho recorrido para evolucionar hacia una estructura más sólida. ¿Cómo se hace para que los estados soberanos dejen de serlo?

MC-La única forma de que Europa sea fuerte es que los estados miembros cedan una parte de esa soberanía. No hace falta que la pierdan absolutamente.

FH- Los bancos centrales, una competencia económica básica de los estados, se ha cedido a la Unión Europea. El Banco de España es solo una sucursal cuya función es supervisar, pero la regulación ya no le corresponde.

MC-La parte económica financiera es la más avanzada, pero hay otras que no lo están tanto. Sin ir más lejos, no nos hemos enfrentado a la pandemia unidos a nivel europeo.

FH-Es verdad, además ha pillado a todo el mundo desprevenido.

MC- En general, Estados Unidos tiene un modelo bastante efectivo.

Estamos aún en la fase de la innovación y de la creación. Sin embargo, llegará un momento en que la sociedad pondrá ciertos límites a la tecnología

FH- También con sus propias ventajas e inconvenientes. El país se acabó de constituir, tal como lo conocemos, con una guerra civil. En Europa nos hemos estado matando a lo largo de la historia hasta la Segunda Guerra Mundial. Ambos espacios han dado, políticamente, modelos muy diferentes. California no puede abandonar los Estados Unidos, pero El Reino Unido se ha ido de la Unión Europea. Se ha respetado democráticamente su voluntad. En la Unión Europea todos los estados miembros pueden opinar y esto introduce complejidad a la hora de gestionar el sistema.

MC- Es verdad que esto lo hace todo un poco más difícil, pero cuando se logra un acuerdo es mejor. Está más consensuado. La parte negativa es el bloqueo en muchos temas en que los estados no logran ponerse de acuerdo. En cualquier caso, me considero europeísta.

FH-Tenemos que reforzar los valores del proyecto de la Unión Europea en todas sus dimensiones: medio ambiente, solidaridad, el trato de los inmigrantes, el respeto a todas las confesiones religiosas…

MC-Y la multiculturalidad. Me pregunto cómo encajan los distintos movimientos independentistas en todo este esquema.

FH- Si se respeta que el Reino Unido deje la Unión Europea ¿por qué no tendría que respetar el Reino Unido la voluntad de Escocia?

MC- Porque Escocia no es soberana.


FH- Es un punto complicado. Quizás ahora no se pueda abordar, pero dentro de 25 años ¿quién sabe? De todos modos, creo que se pueden construir destinos comunes arreglando lo que no funciona y a través de pactos. Y esto es válido a todos los niveles, tanto en el europeo como dentro de los propios estados.

MC- Un tema importante es el liderazgo. En Europa, como el poder está fragmentado, no hay un liderazgo común y robusto ante el mundo. Lo que ocurre es que, en momentos de gran incertidumbre social, la gente necesita modelos y referencias y, en Europa, el liderazgo desde el poder público ha caído en picado.

FH- Es un fenómeno que considerar. Ha habido, efectivamente, una huida del talento de la gestión pública hacia otros ámbitos.

MC- Ejercer los cargos de responsabilidad debería estar mejor pagado.

FH- Volviendo al cambio tecnológico, es tan profunda y tan intensa la transformación que se producirá en los próximos 10 y 15 años, que tendremos una sociedad donde cada vez habrá más procedimientos estandarizados en la salud, en la formación, en el mundo laboral, y eso comportará también una libertad más limitada.

MC- Nos damos cuenta a diario, incluso la publicidad que nos llega está en función de nuestro consumo y de nuestras búsquedas.

FH- Es un impacto que recibimos ahora, pero pienso que más adelante la sociedad influirá en el uso de toda esta tecnología. Estamos aún en la fase de la innovación y de la creación. Sin embargo, llegará un momento en que la sociedad pondrá ciertos límites.

MC- Empiezan a verse muchas obras de ficción que llevan el desarrollo tecnológico a sus últimas consecuencias, como la serie Black Mirror, y que plantean una visión muy crítica en relación a ciertas posibilidades y situaciones derivadas de la tecnología.

En momentos de gran incertidumbre, la gente necesita modelos y referencias y, en Europa, el liderazgo desde el poder público ha caído en picado

FH- La evolución tecnológica de la humanidad ha hecho que la agricultura emplee a un 1,5% de la población y que al mismo tiempo produzcamos más alimentos que nunca. La población ocupada en la industria está por debajo del 20% y cada vez se reduce más y lo mismo ocurre en los servicios debido a la automatización y al a digitalización. 

La pregunta pertinente es: ¿y de qué trabajará la gente?  La cultura y el ocio será un posible ámbito de crecimiento de empleo, un ámbito que implica la gestión de valores, emociones y sensibilidad. Y es en este terreno donde surgirán los criterios para pautar el uso de la tecnología. Tendremos una sociedad donde para producir aquello que necesitamos para vivir hará falta solo una pequeña parte de la población. El resto se “profesionalizará” en todo aquello que no sea sustituible por las máquinas.