El pasado 29 de junio Change2Grow celebró la C2G Night en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB). El acto contó con un invitado de excepción: Mario Alonso Puig, conferenciante reconocido a nivel mundial, experto en el campo del desarrollo personal y profesional, y autor de numerosos libros de divulgación. Su intervención cautivó al auditorio con un tema de la máxima actualidad: ¿con qué mentalidad podemos afrontar el cambio disruptivo? Mario Alonso Puig demostró como el miedo paraliza las capacidades cognitivas y apostó por el entusiasmo y la ilusión como fuerzas para superar cualquier reto y adaptarse a la nueva realidad tecnológica

EL COMPONENTE EMOCIONAL

Mario Alonso Puig empezó su conferencia señalando que “no podemos negar los avances del conocimiento técnico y de todo lo que nos ha aportado”. Remarcó que la ciencia y la tecnología son fundamentales para nuestras vidas, la cuestión -apuntó- “es si son lo único que realmente importa”

En este mundo que cambia aceleradamente hay un factor que se escapa a la valoración del contexto: las personas. Citó una conversación con el expresidente de EE.UU. Barack Obama en la cual este señaló que todos los problemas con los que se había encontrado eran de relaciones con las personas.  

“Los problemas técnicos suelen tener soluciones, pero muchas veces nos encontramos con problemas con los demás que no sabemos cómo resolver”, manifestó.  Esto sucede porque la sociedad, según Mario Alonso Puig, se ha olvidado de una cosa fundamental: lo que mueve internamente a las personas.

“Por muy lista que sea, y por muchos conocimientos y másteres que tenga una persona, si el componente emocional no está bien, esta va a cometer profundos errores”.


Para explorar este aspecto, el conferenciante invitó al público a un pequeño ejercicio. Primero pidió al auditorio que se pusiese de pie y que señalará hacia el norte. Después de hacerlo, dijo que, independientemente de lo que señale la gente, “el norte está donde está” y se refirió a la expresión “perder el norte”. La expresión enuncia un hecho que es relativamente fácil de comprobar cuando se descubre que no se ha llegado al destino previsto.

Con los asistentes todavía de pie, les pidió que se autoseñalaran y lo hicieron. Acto seguido, les planteó el siguiente koan: “¿Cuál es simultáneamente la distancia más corta y la más larga? La respuesta -reveló- es la distancia entre el corazón y la cabeza, que están muy cercanos pero muy lejanos a la vez por la separación que forzamos entre dos ámbitos de decisión (el emocional y el racional).

Mario Alonso Puig  citó la historia de Phineas Gage, un caso sorprendente en la historia de la medicina que, indirectamente,  acabó poniendo de relieve hasta qué punto se necesita el componente emocional para tomar decisiones. “Por muy lista que sea, y por muchos conocimientos y másteres que tenga una persona, si ese componente no está bien, va a cometer profundos errores”.  

VIVIR CON ILUSIÓN

Mario Alonso Puig  se centró en el concepto de paradigma (un patrón, una forma de ver la realidad que determina nuestra actitud frente al mundo). En el ámbito de la empresa, por ejemplo, conviven paradigmas diferentes que configuran visiones distintas. Indicó que se tiende a hablar mucho de la diversidad de todo tipo (género, edad, nacionalidad) “pero pocas veces se hace referencia a las diferentes maneras de ver la realidad que tenemos como humanos”.

No toda la diversidad es aceptada por igual. Así, Mario Alonso Puig  recordó que “en el mundo disruptivo actual parece que la ilusión y el entusiasmo estén penalizados”. Incluso se llega a constatar que “las organizaciones y en la sociedad en general la gente prefiere manifestar su pesimismo antes que su optimismo”. 

Otra percepción bastante habitual, pero poco confesada, es el miedo a lo nuevo. Es un sentimiento natural, porque la novedad activa los mecanismos del estrés en el organismo, si bien hay que diferenciar este sentimiento del de parálisis. Este tipo de miedo se siente en el estómago que ha sido descrito como “el segundo cerebro”. Por ello, no es casual que los problemas digestivos se hayan disparado en Europa, debido a la gran tensión ante la incertidumbre y el cambio.

“Es importante fijarse en el hecho que el cerebro emocional es el que abre o cierra el cerebro cognitivo”

Mario Alonso Puig  explicó que continuamente se nos habla de oportunidades pero la tendencia natural a rechazar el cambio actúa en la dirección opuesta a la posibilidad de aprovecharlas. Una personalidad de éxito, como Richard Branson, ha recomendado aprovechar una oportunidad única que se presente en la vida, aunque se sea consciente de no estar totalmente preparado para responder a ella, bajo la consigna de “ya aprenderé sobre la marcha”. Mario Alonso Puig confesó haber tomado este camino con las conferencias online que emprendió a partir de 2020, algo sobre lo que tenía experiencia previa en absoluto y destacó que este es un patrón de conducta que permite dejar atrás el miedo.

Este pequeña apología del atrevimiento está claramente conectada con la divisa “vivir en clave de ilusión”, un estado real que tiene consecuencias positivas a la hora de emprender cualquier proyecto. En verdad, es natural que sea así pues el propio cerebro humano posee regiones “destinadas” a albergar los deseos acerca de lo que queremos y por qué lo queremos y otras donde radica la capacidad de “ver” las oportunidades. 

Es importante fijarse en el hecho -indicó Mario Alonso Puig- “que es el cerebro emocional el que abre o cierra el cerebro cognitivo”. “Una persona con miedo bloquea la creatividad, la inteligencia y la capacidad de aprendizaje”, añadió. La ilusión produce el efecto contrario. La única conclusión posible es que “es mejor vivir con ilusión”.

ADAPTARSE A LOS CAMBIOS ES  POSIBLE

En una pequeña escenificación hecha con voluntarios del público, Mario Alonso Puig ayudó a visualizar y a comprender cómo la ilusión (representada por las hormonas dopamina y la oxitocina) es capaz de estimular la conexión entre neuronas y, en cambio, el estrés (representado por la hormona cortisol) lo impide. La enseñanza de este hecho científico es que “no se puede vivir con miedo”. 

Mario Alonso Puig  recordó que el mundo actual se ha descrito como “incierto, volátil, complejo, y ambiguo”. Es un mundo donde crece una ansiedad a la que se intenta dar solución a través de la medicalización, cuando se trata de una cuestión que tiene que ver con la manera de ver el mundo (el pesimismo).

Pero el cambio disruptivo que tantos temen no es exclusivo de nuestro tiempo. En el año 1900, en Londres, había un millón de caballos circulando por las calles de la ciudad con sus respectivos carruaje. El número de personas que trabajaba para este sistema de movilidad era enorme (cuidado, alimentación, cuadras, etc.) Cuando los automóviles irrumpieron en el entorno urbano-subrayó Mario Alonso Puig- se desató el pánico entre muchos profesionales dependientes del antiguo sistema. 


Una empresa llamada Continental fabricaba por aquel entonces unos protectores de caucho para las pezuñas de los caballos y poco después se reconvirtió en el gran fabricante de neumáticos para los automóviles que todavía es hoy. Pero no todo el mundo fue capaz de ver las oportunidades de las nuevas tecnologías de principios del siglo XX. El paradigma de muchos solo les permitía ver “que el mundo se acaba”.

Del mismo modo, hace tan solo unos años en el mundo de la cirugía solo se concebía el método de las grandes incisiones para determinadas intervenciones con el fin de poder ver con claridad y ofrecer mayor seguridad. Pero un día, en un congreso mundial, se presentó una propuesta para operar la vesícula con incisiones mínimas que permitían introducir una cámara en el interior del organismo y, a través de la pantalla, el cirujano podía seguir sus propios movimientos (cirugía laparoscópica). La persona que realizó dicha presentación fue prácticamente “humillada” por los asistentes al congreso y su propuesta rechazada.  

Cuando los automóviles irrumpieron en el entorno urbano, a principios del siglo XX, se desató el pánico entre muchos profesionales que hacían posible el sistema de transporte a caballo

Mario Alonso Puig  fue testimonio directo de este hecho, pero pensó que el nuevo método podría tener sentido, de manera que pidió uno de estos equipos para entrenarse en una caja simulando una operación real.  “Como mi cerebro había visto esta oportunidad, el entrenamiento fue útil y me fui acostumbrando a realizar los movimientos que al principio eran muy costosos”.

La siguiente fase del aprendizaje de esta técnica ya se hizo con seres vivos y en las primeras pruebas (con cerdos) la operación de extirpación de la vesícula no siempre salía bien. Los animales morían por distintas razones. No obstante, con mucha práctica, y a fuerza de repetición, la técnica llegaría a convertirse en el estándar. La lección que cabe extraer de ello es que “adaptarse a los cambios no es siempre un camino fácil, pero es posible hacerlo”. Mario Alonso Puig recordó que “el que no quiso aprender cirugía laparoscópica se quedó sin pacientes para operar”.

DESARROLLAR UN MINDSET DE CRECIMIENTO

El problema no es la dimensión del reto sino la predisposición de la persona a enfrentarse a él o no. En el mundo de la tecnología este principio se cumple totalmente: la dificultad tecnológica se vence con ganas de aprender. Todo depende, en definitiva de la mentalidad, del mindset.

La posibilidades adaptativas del cerebro crecen con la predisposición que se genera a través de una mentalidad positiva. Esto no es una teoría, sino la reacción constatada que produce el cortisol produce en el cerebro cuando bloquea las capacidades cognitivas. También se ha comprobado científicamente que albergar , de forma continua, sentimientos como la culpa, la ira y el miedo daña los tejidos (a través de la segregación de del cortisol).

Ante ello, Mario Alonso Puig propuso “desarrollar un mindset de crecimiento” que equiparó a un “viaje de descubrimiento en el que -dijo-  todo lo que aprendáis afectará positivamente a vuestro entorno”. Como mensaje final, recomendó abandonar la zona de confort “para salir reforzados” y defendió la posición de tener fe “ entendida como un acto de la voluntad que nos permitirá llegar a donde no imaginamos”.