La transición energética: HACIA UN ESCENARIO DE NUEVAS OPORTUNIDADES

Las transiciones energéticas, entendidas como un cambio de las fuentes de energía que usa una sociedad son una constante histórica.

Hace 200 años, la Revolución Industrial daba nacimiento a un mundo dominado por el carbón y el petróleo. El siglo XXI será testimonio del paso a una nueva era donde los combustibles fósiles cederán gradualmente a la hegemonía de las energías renovables.

Nadie sabe con certeza a qué velocidad se producirá este cambio de modelo energético, lo que es seguro es que estamos ante una evolución inevitable e irreversible que, de hecho, ya ha empezado. 

Como todo cambio estructural, la transición energética comportará una serie de costes de adaptación, pero al mismo tiempo traerá una serie de beneficios. De entrada, se reducirán de manera drástica las emisiones de gases de efecto invernadero, así como la contaminación atmosférica, y será posible un sistema descentralizado de generación de energía.

En el ámbito económico, se necesitarán inversiones en nuevas infraestructuras, se deberá concebir un esquema de movilidad distinto al actual e implementar un diseño arquitectónico pensado para la captación de energía. Asimismo, la gestión de un sistema energético más diverso y complejo precisará de nuevos perfiles laborales.

Todos estos cambios estimularán modelos de negocio en buena parte inéditos y en consecuencia nuevas oportunidades de crecimiento.