DIFICULTADES DEL PROYECTO EUROPEO EN UN MUNDO INESTABLE

Shlomo Ben Ami realizó una exposición de cerca de dos horas sobre la situación mundial, que definió como “un momento lleno de incertidumbre y desorden, donde la geopolítica y la economía están más relacionadas que nunca y donde todo puede saltar por los aires”. 

Europa tiene malas cartas en esta partida mundial. Después de la 2GM, el continente entró en un fase post histórica “como si la historia hubiera terminado” (historia entendida como sinónimo de conflictos, guerras y revoluciones) y externalizó su defensa a EE.UU. Esto le permitió concentrarse en el desarrollo económico y del estado del bienestar.

La UE fue posible gracias un mundo donde el derecho internacional, los derechos humanos y el diálogo eran relevantes. “Este es el mundo que hoy está desapareciendo con un gran impacto en la política y en la economía”, indicó Shlomo Ben Ami.

El euroescepticismo también está conquistando la Europa occidental y ha llegado a los mismos países que fundaron las comunidades europeas, como Francia, Italia o los países bajos

El embrión de la UE fue creado por democratacristianos en los años 50 y se fue ampliando sucesivamente al sur y al este, sin un proyecto definido. Europa se fue construyendo más bien en función de las circunstancias de cada momento, entre ellas, de manera destacada, la inesperada caída del muro de Berlín.

En el este de Europa la expansión de la UE se vio como una forma de colonialismo y provocó un fuerte euroescepticismo. Esto se puede ver hoy de manera evidente en la posición del  gobierno Hungría y más recientemente en las elecciones de Polonia. Pero el euroescepticismo también está conquistando la Europa Occidental y ha llegado a los mismos países que fundaron las comunidades europeas, como Francia, Italia o los Países Bajos.

La extrema derecha crece y se convierte en amenaza real en un país como Alemania por la inmigración, un fenómeno que en los países del este se percibe como injusto con el argumento de que ellos no participaron del colonialismo. Estos sentimientos son una expresión más de las dificultades para crear una memoria colectiva y un futuro para el proyecto europeo.

RELACIÓN CON CHINA Y ESTADOS UNIDOS

Fuera de Europa, hoy en el mundo destaca la tensión entre China y los Estados Unidos, que no tiene precedentes históricos porque son “potencias rivales de parecido calibre” . Cabe señalar que la URSS no tenía una fuerza económica real, como es el caso de China, que aspira a una hegemonía económica y tecnológica real. China, por ejemplo, ha sido capaz de construir “contrafuegos” contra el poder tecnológico norteamericano creando sus propias alternativas, algo que la UE no ha logrado.

El informe Draghi ha constatado el retraso tecnológico de Europa. Además, la UE tampoco dispone de grandes empresas en otros ámbitos que puedan competir a nivel global.

En Europa, existe un movimiento de refuerzo del estado-nación con políticas cada vez más propias en cada estado, que implican la restricción de movimientos y algunos cierres de fronteras para poner trabas a la inmigración, a lo que se une un proteccionismo creciente, sin llegar a los extremos de la política de aranceles de Donald Trump. 

La industria Europea depende en buena parte de productos exteriores, como las tierras raras, que se importan básicamente de China.

A pesar de todo, la UE tiene que moderarse en este aspecto porque su industria depende en buena parte de productos exteriores, como las tierras raras, que se importan básicamente de China.

Todavía no ha surgido ningún liderazgo con visión europea, pero existe un acuerdo sobre la necesidad de rearmarse. De momento grandes países como Alemania se están adaptando al nuevo mundo con distintas medidas, entre ellas, convertirse en una potencia militar.  Polonia ya ha llegado a una inversión del 5% del PIB de gasto militar y la UE acaba de firmar un acuerdo de cooperación militar con el Reino Unido. Queda abierta la cuestión de qué harán los europeos con el “paraguas nuclear” (ante las amenazas de Putin) después de la voluntad  manifestada por los EE.UU de dejar de ser garante de la defensa europea.

Shlomo Ben Ami recordó que la actual actitud  aislacionista de EE.UU. no la ha inventado Donald Trump. “ los americanos entraron en la 1GM en 1917 y en la 2GM lo hicieron en 1941 por el ataque japonés a Pearl Harbour”. 

Para ser un actor geopolítico de primer orden no hay suficiente con incrementar el presupuesto militar porque queda pendiente la cuestión de la interoperabilidad de las fuerzas armadas de los países europeos divididos en por distintas culturas militares. Por todas estas razones (situación mundial y procesos políticos internos) es un momento muy delicado para Europa. En España el euroescepticismo es menor por el momento y la extrema derecha tiene menos importancia que en otros países.

UN ORDEN INTERNACIONAL DE ESFERAS DE INFLUENCIA

Rusia, el mayor estado del planeta, es este momento un país peligroso porque reúne las condiciones para ello: ser un poder fuerte que se siente vulnerable y amenazado (la realidad no es importante solo la percepción de la realidad).  Esta es la receta para una reacción impredecible. Hoy Rusia amenaza la seguridad de los antiguos países de la URSS y de la UE. 

La evolución de EE. UU. ha sido distinta. Su “modelo imperial” no se ha basado en las colonias y en ocupar países, sino en exportar ideas, valores y modelos de vida. Donald Trump representa una disrupción de esta línea porque no habla de valores “ya que no cree en la democracia ni en el liberalismo”. Tampoco China quiere exportar su sistema “confuciano” al mundo, sino asegurar los recursos y el control interno del país.  

Es un mundo de esferas de influencia donde EE. UU. quiere ser hegemónico en América del Norte (incluida Groenlandia) y expulsar la presencia china del resto del continente. Rusia quiere controlar el antiguo espacio soviético, y China el este de Asia. La cuestión es a que Europa todavía no ha definido su posición en este escenario, un problema que se agrava debido a la división ideológica entre países y dentro de los propios países.

Según Shlomo Ben Ami Estados Unidos tiene más posibilidades de prevalecer porque china posee unos problemas internos de magnitud superior: gran deuda, corrupción en el ejército y en la economía

La guerra de Ucrania podría perpetuarse en forma de guerrillas y todo aquello de lo que Europa ha huido históricamente, el populismo, el autoritarismo, y el conflicto constante podría volver. Filósofos y sobre todo religiosos que suelen prometer un mundo “donde la redención está a la vuelta de la esquina” están recibiendo ahora mismo una auténtica lección de la realidad, según Shlomo Ben Ami

La especie humana siempre alterna períodos de paz  y períodos de conflicto y así ha sido desde hace miles de años. Según Henry Kissinger -citado por Shlomo Ben Ami- “no podemos conseguir la paz perpetua pero sí años de paz para desarrollar el bienestar”, toda una muestra de “pesimismo constructivo”. Europa está, por su pacifismo, mal encajada en el contexto que viene. y España es particularmente pacifista. El continente está viviendo su momento más difícil desde la 2GM.

Shlomo Ben Ami se planteó qué imperio tiene más posibilidades de prevalecer (China o EE UU) y señaló que Estados Unidos porque China posee unos problemas internos de una magnitud superior: gran deuda, corrupción en el ejército y en la economía. 

La UE deberá adaptarse a este nuevo mundo preparándose para las amenazas sin abandonar sus valores que ahora están en retroceso en todo el planeta. Europa puede ser el último refugio de un mundo que ya no existe, si bien Shlomo Ben Ami recordó que “no puedes hacer la paz con nadie si no puedes intimidar”. Preparar la paz pasa por el rearme.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Los Estados Unidos de Trump no quieren que Europa desarrolle su propia tecnología en todos los campos. Lo militar y lo van de la mano y la prueba está en Israel  o en Silicon Valley donde la alta tecnología que ha llegado al gran público se ha nutrido de los presupuestos de defensa y de la necesidad de invertir en este campo.

Ante una pregunta específica sobre el tema, Shlomo Ben Ami comentó que la OTAN había tenido una cierta responsabilidad en la guerra de Ucrania ya que los fabricantes de armamentos norteamericanos apoyaron la expansión de la OTAN al este de Europa, algo que Rusia vio como una agresión, más teniendo en cuenta que Rusia no constituía ninguna amenaza para Europa en aquel momento. La desnuclearización de Ucrania en 1994 también facilitó la invasión rusa. 

Sobre la obsesión de Donald Trump con los aranceles comentó que el presidente ha pensado en cubrir la enorme deuda americana con estos ingresos, si bien se trata de una absurdidad ya que los números no cuadran en absoluto. Con esta política está poniendo en peligro el dólar y su hegemonía.

Shlomo Ben Ami también fue requerido a manifestarse sobre el conflicto en Gaza y para hacerlo tomó perspectiva histórica. Recordó que en el año 2000 colapsó el proceso de paz y esto condujo a un giro radical de la opinión política israelí hacia la derecha y a la destrucción de la izquierda que quería un acuerdo.

Europa tiene que seguir dialogando con la administración de Donald Trump ya que, si se rompe totalmente la relación con los EE.UU., “eso lanzaría un mensaje a china y a rusia de que la UE está muy debilitada

 Por su parte el grupo radical islámico Hamas controló la franja de Gaza después de unas elecciones y se ha enfrentado al gobierno de la otra tierra palestina: Cisjordania. Hamas tiene en su constitución el rechazo total y irrevocable del estado de Israel. En consecuencia, la situación actual es el resultado de la intransigencia de Hamas, por una parte, y del “belicismo nihilista y sin propósito político del actual gobierno de Israel”, por otra.

Acerca de la posición de Europa en el nuevo escenario de inseguridad mundial, Shlomo Ben Ami señaló que el continente tiene un fuerte déficit, tanto en armamento convencional como en aquellos aspectos relacionados con la ciberguerra y la IA, lo que abre una “brecha monumental” de capacidad respecto a los EE. UU. o China. “Europa tiene que entrar aquí con toda su fuerza para no perder el pulso en el escenario global”, subrayó.

En el cierre de la sesión, Shlomo Ben Ami puso sobre la mesa algunas líneas de esperanza en el futuro, a pesar de la difícil situación descrita. En su opinión, lo más importante en este momento es “evitar una separación brusca entre Europa y EE. UU.”. Recalcó que es vital seguir dialogando con la administración de Donald Trump ya que, si se rompe totalmente la relación, “eso lanzaría un mensaje a China y a Rusia de que Europa está muy debilitada”. Además, si la separación es gradual, Europa tendrá tiempo de “articular sus propias capacidades”.

Otra lectura positiva de la situación consiste en “tomarla como un espacio de oportunidades para desarrollar tecnología propia estimulando las empresas digitales”.